Si conociste a alguien y las cosas están marchando bien, es necesario que te tomes el tiempo de entender su personalidad y reconozcas si es afín a tus intereses y los de tus hijos ya que después de un fracaso, es poco probable que quieras encaminarte a otro. Por eso, antes de que des el “sí”, te sugerimos leer nuestros consejos.
- Confronta tus sentimientos: Si te has dado a la tarea de limpiar tu alma y ya puedes controlar tus prejuicios sobre las relaciones vas por buen camino pero, en caso de que te atormenten las heridas del pasado, lo mejor será empezar con tu trabajo emocional bajo la guía de un terapeuta, antes de aceptar un compromiso que quizá no estés en posición de cumplir.
Por ejemplo: Tu pareja actual no te ha llamado en todo el fin de semana y eso solía hacerlo tu ex, ¿qué sientes?, ¿los comparas?, ¿vuelves a sentir la ansiedad de no saber dónde o con quién está? Si es así, date a la tarea de revisar el por qué y platícalo.
- Reconoce patrones: Escribe una lista con las cosas de su carácter que te hacen sentir bien y otra con las que no. Las negativas, ¿te son familiares?, en caso de que sí, deberás hacer un análisis profundo y preguntarte con toda honestidad si estás dispuesta a engancharte de nuevo con errores humanos que sabes que no te funcionan y por los cuales tal vez terminaste tu última relación.
También puedes hablar con él y saber si alguno de los puntos en tu lista son negociables y si te interesa esperar a que se vayan resolviendo.
- Analiza los motivos: ¿Qué te mueve a querer casarte de nuevo? Puede ser compañía, afecto, comunicación, amor, intimidad o también por que necesites llenar vacíos, solvencia económica o cierto estatus social. Las razones que te hagan considerarlo serán las claves para decidirte.
- Valórate: Es muy importante que tengas un sano auto concepto y que te sientas segura al expresar tus sentimientos, respetándote y teniendo en claro que sí y que no te mereces, tienes más posibilidades de platicar con él y formar una relación sólida basada en la honestidad y la empatía..
- Pregúntate: “¿Cómo anda mi vida?”: No se trata sólo de la parte emocional, sino de examinar tu estabilidad económica, si tienes algún plan de ahorro, si tu trabajo está tranquilo y los ingresos pueden mejorar, qué recursos tienes para costear una fiesta, rentar o comprar una casa, cubrir las colegiaturas, etc.
Si has cubierto todos los puntos, aun así te sugerimos tener una conversación previa en la que cada uno exponga sus intereses de convivencia y vean si coinciden. Puntos como dónde les gustaría pasar la Navidad, qué opinan de la televisión en la recámara, cuántas veces al año suelen vacacionar, pueden darte nuevas perspectivas.

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