Si te enojas, no manejes

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Tráfico, el peor enemigo de todos. Sí se puede evitar, sigue estos tips.

Es la hora en la que sales del trabajo, tienes planeada una noche llena de tranquilidad, tiempo con tu familia, quizá un baño caliente y un sueño relajado…y de pronto, encontrarte con el tráfico te hace perder los estribos.

Si esto te pasa todos los días, podrías padecer de manejo agresivo.

¿Tiene consecuencias la ira automovilística?

En Estados Unidos se refieren al problema como manejo agresivo, reconociendo que es más probable que un conductor estresado pueda chocar o atropellar a los transeúntes.

Muchas veces, las personas tienden a decir que están “bajo mucha presión” e insultan y aceleran, pero en realidad tienen un problema.

El departamento de vías públicas de los Estados Unidos dice que podrías padecer el problema si tu:



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  • Aceleras frecuentemente y excedes el límite de velocidad.
  • Cambias constantemente de carril, sin fijarte en los señalamientos o haciendo movimientos bruscos.
  • Rebasas a los demás carros de manera inadecuada.

El manejo agresivo puede desencadenar luego de un tiempo en la ira automovilística, en la cual, el conductor puede considerar atropellar o hacer daño con el vehículo de manera intencional.

Tu acompañante paga el precio

Este problema no sólo te pone en peligro a ti, sino a tus acompañantes. Es evidente que si sufres un accidente automovilístico el riesgo es mortal, pero, ¿qué pasa cuando no?

Cuando sufres de manejo agresivo, subirte al auto es igual a comenzar a gritar improperios. Es normal que de vez en cuando maldigas cuando alguien infrinja una ley de tránsito, más inusual debiera ser que tuvieses un altercado con algún conductor furioso, pero si es cosa de todos los días es una señal de alerta.

El presenciar a un conductor agresivo que insulta inesperadamente a la mínima provocación puede ser muy estresante e inclusive traumático. Para ti quizá sea (y no debiera ser) un estilo de vida normal, pero estás alterando a tu acompañante, cuyos sentimientos pueden ser de angustia, miedo o depresión.

¿Exageración? Intenta preguntarle a quienes usualmente viajan contigo cómo se sienten respecto a la manera en la que conduces.

Yo sé, pero no puedo evitarlo

Todos los días el mismo tráfico y calor o simple tedio pueden llegar a cansar a una persona. ¿Qué hacer? Sigue algunas de nuestras recomendaciones para ponerle un alto definitivo al estrés.

Concéntrate en manejar, no permitas que nada te distraiga. Hablar por el celular, beber o comer y darte esos retoques de maquillaje hacen que dividas tu atención, generando estrés por no poder hacer ninguna de las dos cosas bien.

Mejor saborea ese café sentado en tu oficina, atiende esa llamada al tiempo que puedes prestarle toda tu atención al interlocutor y evita el delineado chueco pintándote en el espejo de un baño.

Relájate y sube a tu auto la música que te gusta. Está comprobado que la música siempre afecta el estado emocional del escucha, usualmente calmándolo. Mejor deja de tocar el claxon con fiereza y piensa en qué nueva playlist puedes crear, inclusive, podrías aprender otro idioma en el auto con cursos auditivos.

Siguiendo los señalamientos puede hacer que vayas un poco más lento de lo habitual, pero lo cierto es que las estadísticas comprueban que menores accidentes ocurren cuando se siguen los señalamientos y esto, ciertamente te evitará problemas con la autoridad.

Una nueva ruta puede ser la solución para no estar estancado durante horas quita mucha tensión. Aunque parezca un camino más largo, puede estar menos congestionado.

Usa el transporte público de vez en cuando, no sólo ahorrarás gasolina sino bilis. Estar lejos del volante un tiempo puede quitar mucha presión de tus hombros, especialmente porque no tienes que preocuparte por el estacionamiento o el tráfico de regreso.

Acepta que llegar tarde no es el fin del mundo. Tu vida vale mucho más que los treinta minutos que te retrasarás. Si tienes una reunión importante, procura irte una o dos horas más temprano de lo acordado, siempre puedes hacer tiempo tomando un refresco o comiendo un bocadillo.

¿Y si me encuentro a un conductor agresivo?

Muchas veces, nos atravesamos en el camino de un conductor agresivo, es importante cómo reacciones ahora que sabes que es una persona que se deja controlar por la ira. Ten calma y…

  • Quítate del paso del conductor en cuestión. Cédele el turno, estaciónate y déjalo pasar, lo que sea, lo importante es quitártelo de encima.
  • Deja el orgullo de lado y no intentes demostrar quién tiene el auto más rápido o de quién es el turno, recuerda que esta es una persona que puede llegar a considerar el auto un arma.
  • No hagas contacto visual, pues esto podría sacarlo de sus casillas.
  • Evita también los gestos, pues aunque no lo sean, puede interpretarlo como un insulto y elevar su agresividad.
  • Reporta a las autoridades cuando creas que un conductor está acelerando de más o simplemente acosándote a través de “encimarse” en tu carril y demás.

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