Cuando se presentan amenazas repetidas de aborto, es posible que la causa sea una cérvix incompetente, cuyos síntomas comprenden dilatación indolora del cuello durante el segundo trimestre o a principios del tercer trimestre del embarazo; de modo que las membranas amnióticas se engloban dentro de la vagina y luego se rompen, con la subsecuente pérdida del feto. Si el diagnóstico es correcto, es muy probable que lo anterior vuelva a ocurrir en los siguientes embarazos, a menos que se inicie un tratamiento. El tratamiento indicado es el cerclaje, que consiste en la colocación quirúrgica de un anillo alrededor del cuello uterino.
Por lo general, el cerclaje debe practicarse hasta después de cumplidas 14 semanas de embarazo. Pero antes debe hacerse un sonograma y cultivos para detectar posibles enfermedades de transmisión sexual.
Aunque el cerclaje no es cirugía mayor, por lo general se recomienda a las mujeres descanso por algunos días y abstenerse de tener relaciones sexuales, por lo menos durante una semana, pues las infecciones son una posible complicación, en especial si el cerclaje se practica después de 20 semanas.
Cuando el diagnóstico es correcto y el médico que atiende es experimentado, los beneficios de esta operación son mayores que los riesgos.
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