Es más frecuente en niños de cinco a 15 años de edad; no es hereditaria, pero existe mayor susceptibilidad en algunas familias. Se presenta con mayor frecuencia en poblaciones que viven en pobreza y hacinamiento (muchos individuos en un espacio reducido) y tienen desnutrición, pero también se da en grupos de nivel medio alto.
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Síntomas
No existen signos característicos. Sin embargo, en 1944 el doctor T. Duckett Jones estableció criterios que han tenido algunas modificaciones a lo largo de los años pero que ayudan a identificar la enfermedad:
- Carditis. Es una lesión en el corazón que puede provocar insuficiencia cardiaca
- Artritis migratoria. Afecta al 60% de quienes la padecen. A veces daña articulaciones como la muñeca, codos y hombros
- Corea de Sydenham. Se manifiesta con movimientos a manera de sacudidas en brazos, piernas y cara. Por lo general se dan en la mitad del cuerpo; deben descartarse otras enfermedades
- Nódulos subcutáneos. Son pequeñas bolas que aparecen en las salientes de los huesos de los codos, las muñecas y los tobillos. Se desplazan y en ocasiones se confunden con ganglios que a veces duelen
- Eritema marginado. Coloración rojiza en el tronco, en el pecho o en el abdomen; con frecuencia también en brazos y piernas. No da comezón, desaparece rápido y puede acentuarse con el agua caliente
- Fiebre
- Dolor de articulaciones sin inflamación, no necesariamente artritis
Diagnóstico

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Aún no existe un examen de laboratorio específico que la determine; lo importante es ver si tu hijo tuvo o tiene alguna infección como faringoamigdalitis por estreptococo y, si presenta síntomas relacionados con los criterios anteriores, llevarlo al médico.
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Las manifestaciones de una fiebre reumática pueden presentarse de una a tres semanas después de la infección de garganta. Cuando hay procesos de inflamación muy severos se manifiestan en la elevación de niveles de la sedimentación globular y la proteína C reactiva.
Tratamiento
Si se identifica que hay una infección estreptocócica en la garganta, se administra un tratamiento antibióticos como penicilina o eritromicina. Se recomienda identificar la bacteria a través de un exudado faríngeo, en las personas que convivan con el paciente.
Las manifestaciones de la enfermedad deberán atenderse según el caso; por ejemplo, si son cardiacas, el cardiólogo pediatra debe elegir el tratamiento dependiendo del daño del corazón; para la artritis, se utiliza el ácido acetilsalicílico, que tiene una buena capacidad antiinflamatoria y con menos efectos secundarios que los esteroides. Si el corazón o el sistema nervioso central están afectados, es necesario hospitalizar al niño hasta que pase la etapa aguda.