Durante el embarazo la frecuencia cardiaca y el metabolismo de la mujer son más rápidos y sus órganos trabajan más para proteger al bebé. El resultado: el cuerpo genera más calor.
Los días de calor extremo pueden ponerte en riesgo y podrías llegar a sufrir mareos, cansancio excesivo e, incluso, desmayos.
Es decir, el verano podría modificar o acentuar la sintomatología propia de la gestación, pero si tomas las precauciones pertinentes esta época podrá ser como cualquier otra.
Por eso es importante que sigas las siguientes recomendaciones:
- Vístete de acuerdo al clima: Utiliza sobre todo ropa de algodón o lino, pues estos tejidos naturales permiten que transpire mejor la piel aliviando la sensación de calor. También es mejor si utilizas ropa holgada y de colores claros, ya que absorben menos la radiación solar. Elige zapatos abiertos para mantenerlos ventilados
- No te confíes del sol: Aunque la exposición al sol es benéfica para la producción de vitamina D y la absorción de calcio en los huesos, debes hacerlo de forma moderada y en horarios que no sean dañinos (antes de las 11 de la mañana y después de las 5 de la tarde). Siempre utiliza cremas solares de alta protección, pues así reducirás el riesgo de presentar manchas en la piel
- No esperes a sentir sed: Una mujer embarazada debe mantenerse bien hidratada, así que intenta consumir más agua de los ocho vasos diarios recomendados. Para saber si estás tomando la cantidad de líquidos correcta, verifica el tono de tu orina: si es un tono amarillo claro, estás ingiriendo la dosis adecuada. Recuerda que tomar líquidos te ayudará a aminorar algunos síntomas típicos de esta etapa, como el estreñimiento o la hinchazón de piernas
- No te ejercites en exceso: No hay nada de malo con hacer un poco de ejercicio durante el embarazo (a menos que te lo indique tu médico), sin embargo, es importante que sea de forma moderada. Practicar natación es una excelente opción, pues fortalecerás tus músculos, no se requieren movimientos bruscos y estar en el agua siempre es refrescante. Las caminatas también son muy recomendables, pero debes evitar las horas centrales de calor y procurar que sea en algún parque o donde haya árboles que den sombra suficiente
- Come de forma equilibrada y ligera: Aunque en la dieta de una mujer embarazada debe de haber alimentos de todos los grupos, durante los meses de calor puedes elegir las opciones frías como ensaladas de verduras o frutas. También intenta no comer hasta llenarte, sino tomar varios refrigerios al día, así te sentirás más ligera y tu digestión será menos pesada
- Contra el insomnio a media tarde: Moja una toalla pequeña y ponla intermitentemente alrededor de tu cuello y nuca, esto te refrescará y te hará conciliar el sueño con mayor facilidad
- Deja el sol afuera: Para mantener tu casa fresca abre las ventanas a primera hora de la mañana y, después de un par de horas, procura mantenerlas cerradas hasta el atardecer. Recostarte en tu cuarto y cerrar las cortinas puede ayudar a que te relajes y te olvides del calor por un momento
- Mejora tu circulación: Intenta no permanecer mucho tiempo de pie ni sentarte con las piernas cruzadas
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Tips de verano
- Con la planta de tus pies haz rodar hacia adelante y hacia atrás una pelota de golf. Ésta deberás de enfirarla previamente en el congelador. ¡Notarás que esto no sólo servirá para refrescarte, sino que el masaje será muy relajante!
- Si no logras aliviar la sensación de calor, puedes darte un baño de agua fría o templada para sentirte más fresca. Recuerda hacerlo de forma gradual, pues los cambios bruscos de temperatura no son recomendables. Sumergir tus pies en agua fría también ayudará a reducir un poco el calor de tu cuerpo
