Por ejemplo, los primeros meses es normal que duerma entre 16 y 18 horas intercaladas o bien, hacerlo de corrido al igual que los adultos, pero hay niños que tardan hasta seis meses en acoplarse.
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Para que la hora de ir a la cama sea un éxito
- Enfatízale la diferencia entre día y noche
Durante el día juega con él, mantén su cuarto con las cortinas abiertas y alumbrado por la luz del sol, realiza tus labores domésticas acompañadas de música o radio pero nunca en silencio. Cuando ya esté oscuro, apaga las lámparas, los aparatos que hagan ruido y baja el volumen de tu voz en las conversaciones mientras lo alimentas y lo cambias. - Reconoce cómo expresa su sueño
Observa qué hace cuando está cansado, como tallarse los ojos, chuparse el dedo o jalarse el pelo. Si hace alguno de estos gestos, llévalo a su cama - Establece una rutina
Mécelo, arrúllalo o cántale, así entenderá que es tiempo de descansar. - Evita alimentarlo para adormecerlo
Ya que cada vez que despierte creará la costumbre de necesitar alimento. - Convierte su cuna en un sito agradable
Coloca a su lado un peluche suave o una frazada y lava con jabón delicado sus cobijas, recuerda que su piel es muy sensible y cualquier incomodidad dificulta su descanso. - Acomódalo bien
Siempre acuéstalo boca arriba, de esta forma previenes el Síndrome de muerte súbita en el lactante (SMSL) o “muerte de cuna” y hazlo cuando se esté quedando dormido.
Ahora sí, toma en cuenta que la constancia es la clave para crear hábitos positivos y hablando del bienestar de tu hijo, bien vale la pena la dedicación.

Shhh… La guía definitiva para enseñarle a tu bebé a dormir

