La placenta también puede infectarse debido a los organismos que se encuentran en la sangre materna. La sífilis, toxoplasmosis, tuberculosis y el paludismo en la madre, pueden afectar a la placenta. Los virus de la varicela y la viruela causan lesiones placentarias. Una gran cantidad de bacterias y virus atraviesan la placenta y, algunas veces, matan al bebé sin provocar ningún cambio específico notorio en ella.