Al respecto, algunos médicos no creen que sea apropiado hacer un examen médico detallado, hasta que la mujer haya tenido dos o tres abortos. Esto se debe a que ciertos estudios muestran que la mayoría de las mujeres retienen el tercer embarazo o el cuarto, independientemente de que se haga o no el estudio. Sin embargo, pueden considerarse otros muchos factores, la edad entre ellos. En promedio, 50 a 60% de todos los abortos espontáneos tempranos están asociados con una anormalidad cromosómica, pero sin una historia familiar detallada, no se hacen pruebas genéticas después de uno o dos abortos. Sin embargo, se puede hacer un estudio de la tiroides (una prueba para detectar autoanticuerpos) y de anticuerpos antifosfolípidos, incluyendo el lupus anticoagulante y los anticuerpos anticardiolipina.
Rara vez, la progesterona procedente del cuerpo lúteo puede llevar al aborto. A veces se puede diagnosticar el problema midiendo la progesterona y haciendo una biopsia del endometrio después de la ovulación.
De acuerdo con los resultados de algunos estudios, el consumo excesivo de café (cuatro tazas o más al día) se ha asociado con el aborto y, por supuesto, el tabaquismo y el alcoholismo también están involucrados en ello. Además, es necesario llevar una dieta balanceada.
Tan efectivo como emplear un equipo para detectar la ovulación, es la observación de los cambios en la mucosidad cervical, así como tomar la temperatura basal del cuerpo.

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