Si acabas de sufrir la dolorosa pérdida de un bebé, no trates de acelerar tu proceso de recuperación por complacer las expectativas que los demás pudieran tener en ti. Tranquila, tómate el tiempo que consideres necesario.
Recuerda que las lágrimas son saludables y aceptables al procesar el dolor que sigue la muerte de un ser querido. Sin embargo, la pena puede afectar tus hábitos de comer y dormir, tus niveles de energía y tu habilidad de concentración, por eso es muy importante que no descuides tu alimentación e intentes tener una dieta balanceada, tomar líquidos, hacer ejercicio y descansar durante la época de luto. Es importante también que consultes a tu médico si notas algunos trastornos en tu salud.
No olvides que el alcohol y los sedantes pueden afectar tu pensamiento y retrasar el proceso de luto. Usa de manera escasa medicamentos de prescripción y sólo bajo supervisión médica.
Lo mejor es que pospongas decisiones importantes por lo menos un año, como cambiarte de trabajo o casa, otro embarazo, etc. Respecto a qué hacer con las pertenencias de tu bebé, la mejor recomendación es que las guardes hasta que estés lista para decidir qué quieres hacer con ellas.
Los pensamientos sobre el suicidio pueden pasar por tu mente y son completamente normales. El significado de la vida volverá con el tiempo y el dolor disminuirá. Habla de tus sentimientos con alguien de confianza.

Shhh… La guía definitiva para enseñarle a tu bebé a dormir


La rabia también es una reacción normal que quizás parezca poco aceptable y difícil de entender para otras personas. Busca una manera saludable y segura de expresar tu rabia (puedes pegarle a una almohada). Este sentimiento puede estar incluso dirigido hacia Dios y puedes sentir que tu fe ha disminuido al cuestionar tus creencias del pasado. Dile a Dios cómo te sientes y habla con aquellas personas que creas capaces de escuchar. Tu fe puede ayudarte durante este tiempo, sin embargo, el expresar tus dudas y sentimientos hacia Dios te ayudará también a procesar lo que estás sintiendo.
Recuerda que los grupos de apoyo te ponen en contacto con gente que ha pasado por experiencias similares. Esto puede ayudarte mucho en tu recuperación, ya que sentimientos profundos se comparten y pueden ser procesados en un ambiente de comprensión y aceptación. Sabrás que no estás sola. Hay otros que te comprenden y se interesan por ti.
Adaptado por Sor Jane Marie Lamb, SHARE National Office. Octubre, 1996.
Traducido por María Tapie para FUNDACIÓN ESPERANZA en memoria de Max (12/18/97)
Para mayor información y apoyo, visita www.missfoundation.org/spanish/index.html o escribe a carla@missfoundation.org