También es posible que notes que tus acciones -cuánto y cuándo comes, la posición en la que te acuestas, los tonos de voz que utilizas- afectan sus movimientos. Es decir, su nivel de actividad se incrementa o disminuye de acuerdo a lo que haces.
Intenta dedicar un momento del día para analizar sus movimientos. Es probable que tu médico te diga cuánta actividad tienes que sentir en tu vientre, por ejemplo, podría decirte que deberías sentir aproximadamente 6 movimientos en una hora, pero no cada hora del día, etc., (lo cual es muy variable de una mujer a otra).
¿Sabías que…?
Las glándulas suprarrenales fetales, que se encuentran en la parte superior de los riñones, bombean cortisol para ayudar a la producción de surfactante en los pulmones. Éstas trabajan con tanta intensidad que tienen el mismo tamaño que las glándulas suprarrenales de un adolescente y producen 10 veces más la cantidad de cortisol que las de un adulto.
Además, las glándulas suprarrenales fetales también están produciendo grandes cantidades de una hormona parecida al andrógeno, que debe ser procesada por las enzimas del hígado antes de pasar a la placenta, para convertirse finalmente en estrógeno.
En los niños, los testículos fetales producen testosterona, y parte de ésta es transformada en otra hormona masculina esencial para el desarrollo de los genitales externos. La piel del escroto que rodea los testículos puede estar pigmentada de un color oscuro.

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